domingo, 17 de febrero de 2008

Marruecos

Mi compañera Ann y yo, hemos por fin llegado a África, éste era un “mundo” desconocido para nosotros, en cuanto llegamos a nuestro primer destino, Rabat (conocido como la ciudad de los jardines), Marruecos, que por cierto era muy caluroso…
























Nos sorprendió la belleza de este lugar, la calidez de su gente, que por un momento, por poco olvidamos el fin de nuestra travesía, por supuesto, que cuando llegamos ahí este mundo nuevo y desconocido, era realmente desconocido, fuimos a una tiendita, que vimos en el camino, en compra de un mapa, pues aún nos quedaban otros 2 destinos más en África, y ahí encontramos a unos niños, que nos dijeron que no eran necesarios los
mapas, que uno de ellos podría ser nuestro guía, nosotras muy emocionadas aceptamos, quién mejor para enseñarnos Marruecos, Libia y Egipto que un conocedor.




El gran valiente que fue nuestro guía fue Chauen, le dijimos a Chauen que estábamos en búsqueda de platillos nuevos y sabrosos. El nos dijo que estabamos en el lugar indicado, y nosotras esperando que nos llevara a un restaurante lujoso de la región, nos llevó a casa de su madre, donde dijo que podíamos dormir un par de días, y que ella sería nuestra cocinera estrella.
La señora Safalí, encantada aceptó a la propuesta de Chauen, y muy feliz de que fueramos sus visitas, nos quizo recibir con una comida con toda la familia.
Pero como no tuvo tiempo para prepararse, porque llegamos de improviso, pues nos invitó a que fueramos con ella al mercado para comprar los ingredientes.


Nos sorprendimos mucho al ver la forma diferente de vida, y la cultura que era diferente a la nuestra, pero era por eso, que habíamos ido hasta allí.
En la comida, comenzamos con un platillo de la región llamado harira que es una sopa o la pastilla que se presenta como un pastel de carne de paloma acompañado de especies y al que se le espolvorea canela. Era un platillo que supero nuestras expectativas, era muy delicioso, y olía divino. Mi compañera Ann y yo sorprendidas, nos preguntamos: ¿porqué en la universidad no nos enseñaron a hacerlo?
Estuvimos unos días en Marruecos, desayunando, comiendo y cenando, sin que se nos pasara una comida porque ese era el fin de nuestro viaje: El conocer diferentes platillos.
Aunque Marruecos y su gente nos había encantado, debíamos partir a nuestro siguiente destino: Libia.
En conclusión la cocina marroquí esta repleta de infinidad de recetas excelentes caracterizadas por la mezcla de sabores dulces y salados.
Uno de los elementos diferenciadores de esta cocina es el hecho de que sus ingredientes siempre van acompañados por un buen numero de especias.
No se puede decir que la cocina marroquí sea sencilla ya que la mayoría de sus platos requieren de una gran elaboración que se refleja en algunos ingredientes como la canre y los pasteles. Son muchas las diversas especialidades de la gastronomía marroquí entre las que destacan la harira, la deliciosa sopa que probamos el primer día de nuestra estancia en Marruecos.

La gastronomía marroquí es una autentica delicia para todos aquellos amantes de los ricos sabores y de la multitud de ingredientes ya que en sus platos suelen aparecer legumbres, frutos secos, carnes, marisco, pescado, especia… si queremos deleitarnos con una comida típica marroquí debemos empezar nuestro menú con la harira.
Después de esta exquisita comida y como punto final debemos disfrutar del maravilloso postre marroquí en el que pueden degustarse frescos yogures naturales o una amplia gama de fruta como los dátiles, las manzanas, las ciruelas, fresas y las mandarinas.
La mayoría de los dulces están elaborados con almendras y miel.Alguna de las especialidades más golosas, y en mi punto de vista fue mi preferida del viaje, es el BSTILA, que es una pastilla de hojaldre y leche de almendras, también hay otros productos como los cuernos de gacela que son pastelitos rellenos de pasta de almendras, los pasteles de miel, los ghoriba, etc.

Es muy importante debido al calor que hace, el acompañar a tu platillo con una buena bebida, destacamos la importancia del vino rosado denominado Oustalet, también zumos de fruta, tés como el té a la menta.
Cualquier sitio es bueno para disfrutar de uno de estos manjares marroquíes bien sea en un restaurante o en un humilde puesto de comida en la calle. Todo vale a la hora de disfrutar de las maravillas culinarias de este país.
Nos despedimos de Safalí, y su familia, y ahora ìbamos en compañía de Chauen a nuestro siguiente destino: Libia. Tomamos el tren, y nos dirijimos a nuestro destino.





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